Mi primera conclusión luego de leer el “Proyecto del Camal Municipal”, que el exalcalde Manuel Becerra “heredó” a su sucesor Andrés Villar, es que está sobredimensionado, por decirlo de manera serena y diplomática: El proyecto, desde el lado de la demanda, se lo asume como si fuera para una ciudad mayor, como Trujillo, digamos.
Sobre los costos: 32 millones de soles, a los que deben de sumarse 3 o 4 millones de soles para superar los temas de agua y energía eléctrica.
Se trata de una obra pública con financiamiento privado: el grupo que lo financia es Interbank, pero una de las contratistas a ejecutar es CEYCA. El proyecto tritura el concepto del “Riesgo Compartido”, porque todo el riesgo lo asume la Municipalidad Provincial de Cajamarca (MPC).
Si la MPC lo asume tal como está, no solo violenta la “Responsabilidad Presupuestal”, con las consecuencias de casi siempre: tirar la plata de los cajamarquinos para beneficiar a un par de contratistas privados, cuya lógica del lucro, supera cualquier asunto relacionado a la responsabilidad social y a su supuesto compromiso con Cajamarca; también está el endeudamiento oneroso y todos los temas subyacentes.
Todos estamos de acuerdo en que haya un camal moderno y adecuado para Cajamarca, pero ejecutarlo tal como está planteado, es por lo menos irresponsable. Por eso, ha hecho bien la MPC en observarlo, y por lo mismo, al menos llama la atención que un sector del “empresariado” cajamarquino presione para su rápida ejecución y “porque no se debe correr a la inversión privada”.
Hasta se puede entender la lógica mercantilista de CEYCA, pero el “lobby” que lo impulsa, lo único que hace es levantar oscuras sospechas de quiénes y cómo quieren beneficiarse.